Praga en 3 días

¡Hola, viajer@s! Si hay una ciudad que te transporta directamente a un cuento de hadas, esa es Praga. Sus calles empedradas, sus puentes de ensueño y su arquitectura gótica te dejarán sin palabras. A veces, la gente piensa que se necesita mucho tiempo para verla, pero ¡nada más lejos de la realidad! Con una buena planificación, puedes exprimir al máximo una escapada de 3 días.

Día 1: El Casco Antiguo y el Puente de Carlos

El primer día es para sumergirse de lleno en el corazón de Praga. Te recomiendo empezar temprano para evitar las multitudes.

Mañana:

• Plaza de la Ciudad Vieja (Staroměstské náměstí): Es el punto de partida ideal. Es una plaza enorme y preciosa, llena de edificios históricos. No te pierdas el Reloj Astronómico en la pared del Ayuntamiento Viejo. Cada hora en punto (de 9:00 a 23:00), las figuritas se mueven en un pequeño espectáculo. ¡Un clásico!

• Puente de Carlos (Karlův most): Desde la plaza, camina hacia el río Moldava. El puente de Carlos es uno de los puentes más icónicos del mundo. Está lleno de estatuas de santos y a menudo verás artistas callejeros y músicos. Las vistas del Castillo de Praga desde aquí son espectaculares.

Tarde:

• Malá Strana (Barrio Pequeño): Al cruzar el puente, llegarás a Malá Strana, una zona con mucho encanto. Pasea por sus callejuelas, llenas de tiendas de souvenirs y restaurantes acogedores. Puedes visitar el Muro de John Lennon, un lugar lleno de color y con un mensaje de paz y amor.

Noche:

• Cena en Malá Strana: Este barrio es perfecto para una cena romántica. Te recomiendo buscar un restaurante tradicional y probar el goulash o el trdelník, un postre dulce que está riquísimo.

Día 2: El Castillo de Praga y el Barrio Judío

Hoy toca explorar un poco más allá, con dos de los lugares más importantes de la ciudad.

Mañana:

• Castillo de Praga (Pražský hrad): Este complejo es gigantesco, ¡así que ten un calzado cómodo! Es el castillo antiguo más grande del mundo y dentro encontrarás joyas como:
  • Catedral de San Vito: Una catedral gótica impresionante con vidrieras espectaculares.
  • Callejón del Oro (Zlatá ulička): Una callejuela con casitas de colores que parecen de juguete. Aquí vivió Franz Kafka.
  • Antiguo Palacio Real: Un lugar fascinante para conocer la historia de los reyes de Bohemia.

Tarde:

• Barrio Judío (Josefov): Después de bajar del castillo, dirígete a Josefov. Este barrio es un testimonio de la historia de la comunidad judía en Praga. Puedes visitar sus sinagogas y el Antiguo Cementerio Judío, un lugar único y conmovedor.

Noche:

• Crucero por el Moldava: ¡No hay nada más romántico que ver la ciudad iluminada desde el río! Muchos de los cruceros incluyen cena, así que es una forma estupenda de terminar el día.

Día 3: Arte, Miradores y despedida

Para tu último día, te propongo un plan más relajado y con unas vistas de infarto.

Mañana:

• Casa Danzante (Tančící dům): Este edificio es uno de los iconos de la arquitectura moderna de Praga. Se conoce como "Fred y Ginger" por su parecido con una pareja de baile. Puedes ir a su azotea para tomarte algo mientras disfrutas de las vistas.

Tarde:

• Colina de Petřín: Sube en el funicular hasta la cima. Desde allí, tendrás unas vistas panorámicas de toda Praga. Puedes subir a la Torre de Observación de Petřín, que es como una versión mini de la Torre Eiffel, para tener unas vistas aún más espectaculares.

Noche:

• Teatro Negro: Si te queda energía, el Teatro Negro de Praga es una experiencia cultural muy original. Es un tipo de teatro donde los actores se mezclan con la oscuridad y crean efectos visuales muy chulos.

Algunos consejos para tu viaje:

• Transporte: El metro y los tranvías son muy eficientes. Compra un abono de 3 días para moverte sin problemas.
• Comida: Prueba las salchichas en la calle, el trdelník, el goulash y, por supuesto, la cerveza checa. ¡Una de las mejores del mundo!
• Moneda: La moneda oficial es la corona checa (CZK). Aunque casi todos los sitios aceptan tarjetas, es bueno llevar algo de efectivo.

¿A que suena genial? Praga es una de esas ciudades que te roban el corazón. Es perfecta para una escapada romántica o para un viaje con amigos.

Así que, si te ha entrado el gusanillo, ¡no lo pienses más!

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